Los cambios referidos a la llamada Cuarta Revolución Industrial, Industria 4.0 – y tantos  otros títulos – ya comenzaron a ocurrir.  Abunda la información y datos que
preocupan sobre el cercano crecimiento en automatización, robotización y consecuente
posible desempleo. 

En éste futuro inmediato las personas que podrán tener alguna ventaja serán aquellas
capaces de aprender de la experiencia, que posean un liderazgo inspirador e integrador,
una capacidad para adaptarse rápidamente a los cambios y para hacer aportes ya no
tanto individuales sino a los equipos. Y son esas – y algunas adicionales- las habilidades y fortalezas que debemos comenzar a asegurar en nuestras organizaciones si queremos enfrentar este cambio de época de forma transformacional y no perecer en el intento.
Ante este desafiante contexto, las asociaciones de gestión humana tienen un rol clave. Sus miembros, como líderes en materia de gestión humana, tenemos el doble desafío de actuar sobre nuestros equipos y además orientar a los líderes de la organización para que puedan alcanzar la visión, en forma saludable y sostenible.

 

Procuramos que exista un propósito claro y conocido, buenos procesos y tecnología,
visión sistémica y gestión del cambio, construyendo sobre valores y cultura (que comienza a reconocerse como la llave del éxito de la organización).
Las asociaciones debemos comprometernos con la ardua tarea de preparar miembros
para ser agentes de cambio de nuestros países, tendiendo puentes entre Estado y
empresas, Sindicatos, ONGs, Comunidades y centros educativos para asegurar que
tengamos en nuestros países la agilidad y flexibilidad necesarias para este cambio
histórico.
Es nuestra obligación como líderes de las organizaciones que generan trabajo o desempleo a miles de familias en nuestros países, orientar en una materia que es nueva y desconocida y en la que nadie parece estar liderando.

 

Virginia Maruri | Miembro Consejo Directivo ADPUGH

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