Pablo Rodríguez,
Director de 3g Office Uruguay

Que las nuevas tecnologías han provocado una deslocalización del trabajo, lo sabemos y percibimos desde hace ya más de una década, sin embargo muchas compañías aún no han reaccionado a esto. Esta deslocalización afecta a tres grandes ejes fundamentales: personas, empresas y espacios. Los trabajadores pueden ser productivos en cualquier lugar y a cualquier hora, lo que provoca que puestos de trabajo asignados en las compañías permanecen vacíos el 50% del tiempo. La pregunta es, ¿cómo aún hay empresas capaces de mantener la mitad de sus espacios corporativos sin actividad y asumir ese gasto innecesario?
Se impone la transformación para sobrevivir en la nueva normalidad. La tecnología cambia a velocidad exponencial, y con ella todo lo demás. Así que tenemos que estar preparados para asumir cambios de forma continua. La transformación ya forma parte de la hoja de ruta de muchas compañías, pero hay que agitar las mentes.
Es el momento de olvidar el debate entre openspace, despachos sí, despachos no, para empezar a pensar en espacios digitales. El nuevo espacio digital ocupa entre un 30 y un 40% menos de m2 que el tradicional, con el consecuente ahorro de gastos. Lo que supone que el coste de la transformación de espacios, lo paga el ahorro que ese cambio implica. Es imposible cambiar hábitos y culturas sino cambias el espacio, por lo tanto en nuevo espacio digital debe ser flexible, adaptarse a la diversidad social y ofrecer variedad de elección.

#NuevoParadigmaLaboral

El nuevo paradigma social y profesional, fruto de estos cambios hace que, se acaben las carreras lineales y el aferrarse a la silla, para dar paso a una aventura laboral y a reinventarse continuamente para encontrar una satisfacción profesional y emocional. Nos estamos convirtiendo en ecosistemas profesionales, basados en la colaboración e intercambio de conocimiento, en los que sumamos más con más.
El número de profesionales autónomos ha aumentado considerablemente en los últimos años, y el ciudadano consumidor asume también el papel de ciudadano productor de valor, lo que desencadena la necesaria colaboración de unos y otros en todos los sectores.
Nacen empresas jóvenes, creadas con intuición e inteligencia, sin alardes, sin grandes inversiones, hacen temblar a grandes corporaciones que ven peligrar su estado de bienestar en lugar de encontrar en ellos una oportunidad de crecimiento y mejora para sus respectivas actividades. La empresa colaborativa está basada en organizaciones horizontales y comunidades globales que interactúan en redes online y plataformas peer-to-peer, en las que prima el cliente y el mercado y lleva consigo trabajar por proyectos, elegir a los mejores, intercambiar conocimiento y aportar valor, encontrando la felicidad por el trabajo.
La línea entre lo personal y lo laboral es cada vez más fina. Así son las formas de trabajar que los nuevos profesionales están imponiendo, trabajadores del conocimiento como ya se les llama, y que poco a poco será lo habitual.

#EspaciosAtraenTalento

El talento de los jóvenes que se incorporan al mercado laboral es escurridizo y, tan difícil es de captar como de retener.
Respondamos a estos tres interrogantes: Cuál es nuestro propósito como empresa, qué necesitan y quieren las personas que colaboran con nosotros y qué posibilidades nos da la tecnología, y de ahí planifiquemos un mapa de competencias, herramientas y espacios digitales, que favorezcan un mayor desarrollo y satisfacción de los jóvenes profesionales que trabajan ya en nuestras compañías.
Un entorno prioritariamente digital, polivalente y flexible es capaz de acercar el conocimiento al talento colaborativo. Es el que permite que entre profesionales no haya fronteras de espacio y tiempo. Hablamos de espacios satélite, coworking o de ecosistemas digitales, entre otros, que permiten conectar con otros profesionales de similares inquietudes y ganas de desarrollo, que te hacen crecer. Este tipo de espacios sí atrapan el talento y se convierten en el soporte de la transformación digital.

#FinOficinas

En un tiempo, no muy lejano… El trabajo irá con nosotros. No habrá separación entre trabajo y vida privada, porque el trabajo formará parte de nuestra vida. Con ello el concepto de oficina desaparecerá, y cualquier espacio pasará a ser un posible espacio de trabajo. Es la separación total de trabajo-lugar.

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