En tiempos bastante recientes se ha comenzado a escuchar más sobre la nueva revolución que afrontaremos en el mundo, aunque es un proceso que ya lleva años de desarrollo y las transformación se está produciendo con avances diarios. En definitiva, la reflexión
debería ser… ¿qué estamos haciendo en Uruguay para estar mejor preparados para el futuro?
Es evidente que la tecnología nos rodea permanentemente y cada vez en más ámbitos. Ya integrada a la mayoría de nuestras actividades, desde las oficinas a nuestros hogares y en una cantidad inimaginable de situaciones; que van en aumento a partir de estar anexadas a nuestro cuerpo mediante los celulares, tabletas y wearables, como los relojes inteligentes.
A este proceso se lo denominó como la cuarta revolución industrial y está marcada por el avance de:
• la robotización en los procesos productivos, desplazando a los humanos en las actividades.
• el internet de las cosas, que permite que una gran cantidad de dispositivos estén integrados.
• el big data, que procesa la enorme cantidad de información que se genera en cada segundo

Una de las organizaciones que ha puesto este tema en la agenda es el Foro Económico Mundial (WEF, por su sigla en inglés), que ha analizado este asunto desde las transformaciones que se generarán en los próximos años en cada una de nuestras
sociedades.
Dejando de lado los datos alarmantes sobre la cantidad de trabajos que se podrían llegar a perder, el nuevo escenario será de reconversión permanente para quienes habitamos este planeta.
Además de nuestra base de conocimientos (que también deberá ampliarse en forma continua), será clave nuestra capacidad de adaptación; que viene dada por nuestras habilidades adquiridas y la actitud demostrada al encarar lo nuevo.
Los expertos en Recursos Humanos han estado adelantados al resto en la aplicación del concepto de competencias, al haberlo incorporado como factor claves en el desarrollo de su actividad, aplicándolos en situaciones como procesos de selección y evaluaciones de desempeño. Sin duda, cuánto mejor desarrolladas las tenga un candidato su elegibilidad aumentará.

Hoy tenemos la necesidad de extenderlo mucho más allá de las oficinas y comenzando cuanto antes sea posible.
Esta visión debe estar incorporada en las universidades, los liceos, las escuelas y los ámbitos no formales de formación. Ya podemos afirmar que muchos trabajos dejarán de existir, que se crearán nuevos roles en las organizaciones y que necesitaremos cada vez más emprendedores.
A modo de ejemplo, me gustaría compartir algunos de los proyectos educativos de la fundación DESEM Jóvenes Emprendedores que ya lo están aplicando desde hace
más de 25 años en Uruguay y en más de 100 países con la red de Junior Achievement en el mundo:

Empresas Juveniles: que plantea a estudiantes de 16 años de todo el país la posibilidad de crear su propio emprendimiento, a partir de la definición de un producto o
servicio a desarrollar; con el desafío de trabajar en equipo, tomar decisiones e interactuar con el resto de su comunidad.

• Socios por un día: que vincula jóvenes de bachillerato con profesionales de la carrera en la que se quisieran desempeñar en el futuro, para compartir una jornada completa de orientación vocacional e intercambio de experiencias.
Y más recientemente hemos incorporado el:

• Desafío de Innovación, que propone una consigna a un grupo de 50 a 70 estudiantes para que la resuelvan trabajando en grupos y proponiendo soluciones innovadoras, mientras interactúan con voluntarios de las empresas que apoyan esta iniciativa.
Tener jóvenes mejor preparados permitirá incorporar talentos a nuestras organizaciones y facilitará la construcción de un país mejor. La invitación está hecha…
¿Quisieran acompañarnos en el camino de seguir extendiendo las competencias en nuestra sociedad?

En el sitio de DESEM (www.desem.org.uy), se puede obtener más información.

Por Pablo Marroche | Director Ejecutivo DESEM Jóvenes Emprendedores

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