En momentos en que en la sociedad se debate con mayor intensidad sobre el rol y los derechos de la mujer, es cada vez más imprescindible que las empresas adopten políticas claras que promuevan la igualdad de género.

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¿Por qué es tan importante? Porque aún hoy, en pleno siglo XXI, los datos muestran que existen diferencias entre hombres y mujeres y que el llamado “techo de cristal” se sigue visualizando tanto en el acceso a cargos de dirección como en salarios.
De hecho, según datos de la última Encuesta Continua de Hogares los hombres perciben 23,9% más ingresos que las mujeres, al tiempo que 9 de cada 10 cargos gerenciales son ocupados por hombres.

Promover la igualdad de género se incorpora, así como tema central de análisis para las compañías que se plantean estar a la vanguardia de los cambios en el mundo del trabajo.
En ese contexto, vale la pena adoptar algunas de las recomendaciones que promueve la organización ONU Mujeres en la investigación denominada “Principios para el empoderamiento de las mujeres. La igualdad es buen negocio”, que busca disminuir la brecha de género.

A continuación, repasamos 10 recomendaciones:

  1. Adopción de una política de igualdad de género. Si la cúpula de la empresa no da un apoyo explícito es difícil que se logre el objetivo. Por eso es necesario que desde la cima llegue la señal al adoptar una política clara, que se plantee objetivos dentro de la organización para lograr la igualdad de género.
  2. Analizar la cultura empresarial. Las políticas internas de la empresa y la cultura organizacional son claves para alcanzar una verdadera igualdad. Es importante estudiarla para detectar dónde pueden estar las oportunidades de mejora.
  3. Grupo de acción de alto nivel. Una vez definidos los objetivos, es importante establecer un grupo de alto nivel para identificar líneas prioritarias de acción y realizar el seguimiento de los progresos de la empresa.
  4. Salario y toma de decisiones. Un compromiso específico que puede adoptar una empresa es que todo nuevo empleado, sea mujer u hombre, reciba el mismo salario y beneficios por un trabajo igual. No solo eso. También la compañía puede desarrollar una política por la que se promueva igual cantidad de hombres y mujeres a nivel gerencial. En la sociedad actual, ya no es válido aquel argumento que algunas veces es utilizado por los empresarios respecto a que no tienen mujeres entre sus gerencias porque no encuentran a quienes estén dispuestas a hacerlo.
  5. Ofrecer condiciones laborales flexibles. Las tareas del hogar y de cuidados y la maternidad son responsabilidades que suelen recaer casi exclusivamente en las mujeres. Tanto así, que según una encuesta sobre el uso del tiempo en Uruguay entre 2007 y 2013 (impulsada por ONU), las mujeres dedican dos tercios de la semana a realizar tareas no remuneradas y el tercio restante lo dedican a las remuneradas.
  6. Tolerancia cero. Instaurar una política de tolerancia cero ante cualquier forma de violencia en el entorno laboral, que incluya abusos verbales y físicos, así como acciones para prevenir el acoso sexual, también son fundamentales.
  7. Capacitación. En momentos en que el país se enfrenta a un problema con los casos de violencia de género, otra política que es bien recibida es aquella que implica la formación y capacitación tanto del personal de seguridad como de directivos para que sean capaces de identificar signos de violencia contra las mujeres. Esta medida puede ayudar a prevenir situaciones complejas y dar apoyo y sostén a mujeres que estén enfrentando estas situaciones.
  8. Formación y educación. Otra medida que es fundamental para lograr una verdadera integración en las organizaciones refiere a garantizar un acceso equitativo a los programas de formación y educación patrocinados por la empresa. Es de vital importancia que la compañía garantice la igualdad de oportunidades tanto para las actividades de tutoría formales e informales como para aquellas instancias de networking.
  9. Promover a emprendedoras. Muchas veces, las mujeres tienen más dificultades y obstáculos para emprender. Por eso, una política que promueva el empoderamiento femenino debería promover también las relaciones con empresas dirigidas por mujeres. En particular y de ser posible, privilegiar el vínculo con pequeñas empresas de mujeres emprendedoras.
  10. Dar el ejemplo y hacer presión. Las empresas tienen un rol innegable que cumplir en la sociedad. Por eso, una buena medida a adoptar es tan sencilla como dar el ejemplo. Contagiar a otras con buenas prácticas promueve un entorno en el que existan relaciones entre hombres y mujeres más saludables y equitativas. En línea con esto, es importante difundir las políticas de la empresa y los planes de implementación a favor de la igualdad de género también, desde la empresa se puede ejercer presión para defender la igualdad de género. Eso se puede ver reflejado en acciones con socios, proveedores y líderes comunitarios en la promoción de la integración.

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